Como un ovillo desmadejado, ella viajaba en aquel tren, que renqueante recorría el sinuoso camino… El ruido ensordeció sus oídos y despertó su conciencia.
De pronto el tren salió del oscuro túnel. Ella dio un brinco y decidió correr por el pasillo. Abandonando el lastre de su equipaje, bajo allí mismo, en aquella estación…
Había decidido, apostar por la vida.
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