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sábado, 23 de noviembre de 2013

Dentro de mi…


Dentro de mí espíritu ocurren, una y mil mujeres, que surgen, ahora una, ahora otra… Emergen, para hacer sentir su fuerza en mi vida y para llevarme en volandas, por un camino, por un sendero, por un derrotero, por un carril o incluso por un rodeo… Todas son yo, todas únicas e indivisibles; inseparables y cautivas, a la vez libres e inviolables…Todas son mías, como yo soy de ellas, porque nacieron forjadas de mi experiencia o de mi inocencia…Todas son mi  alma y yo para ellas, yo para ellas el cáliz de donde nació la vida. Sin mí, ellas no existirían, yo sin ellas, no seria nada…

Su esencia me posee, cuando necesito de ellas…

Soy  Amanecer, parida  bajo un frondoso árbol en el nacimiento de un nuevo día… Inocente y desgarbada que comienza a dar sus primeros pasos a la entrada de la cueva de su clan. Sin mas pasado que el regazo de su madre, sin recuerdos que le sirvan de añoranza y con un futuro incierto. Destinada a ser recolectora de la tribu, pues su madre antes que ella y antes que ella su abuela, así lo habían sido. Sin otro pensamiento que vivir el instante que le depara su pequeño y difícil mundo.

 Aprendiendo a cada momento una nueva habilidad…Quizás no llegue a ser vieja, pero en su frío y despiadado entorno, tendrá su espacio y así lo sentirá…Pase lo que pase.

Soy Bryana, que monta a pelo su caballo zaino, su compañero de batalla que la conduce por los bosques tenebrosos, donde tantas veces lucharon contra las hordas de salvajes o contra alimañas sedientas de sangre humana…. Solo adornada por su enredada y negra cabellera y su piel dorada al sol, su semblante salpicado de pecas; ataviada con sus collares conmemorativos de grandes cazas,  que rodean su cuello, su cintura, sus bíceps y sus finos tobillos… Por todo equipaje; su ballesta, su carcaj y su cuchillo desollador.  Inseparables armas, porque no le fallan nunca, a las que ama… porque ellas valen su vida y la muerte de otros…

Adora la guerra, a la luz de la luna, porque ella hace hervir su sangre, porque nació guerrera y su horizonte está teñido de sangre y muerte…que le dan la vida.

Soy Ixmucané, en su pueblo los adoradores del sol, la llaman Madre tierra, porque ella estaba allí, desde el principio de los tiempos. Es vieja, muy vieja. Ella atesora los conocimientos ancestrales. Sabe sin preguntar. Dice lo que es menester. Su cuerpo menudo y encorvado trasmite la profundidad del paso de los lustros. Su larga cabellera nívea casi llega a rozar el suelo. El mismo que pisa con sus pies descalzos, que la conducen por la selva para tramar hechizos que favorezcan la vida y curen el cuerpo…

Es ella el pilar de los orígenes. Su acción es benéfica, su palabra sabiduría y conciencia.

Soy Ana, Inmersa en una guerra fratricida, sale al campo de batalla a atender a los soldados heridos…Ella es la luz que ven sus ojos en el túnel. Sus blancas manos son hábiles instrumentos de curación y su suave voz tranquiliza con palabras, sus atormentados espíritus… Ella es fuerte y humana. Sus experiencias de horror y muerte, pasan por desear la paz en el mundo. Con la esperanza  de que el ser humano contraiga la enfermedad de la concordia…

No tiene miedo. Solo así puede salir al socorro de sus semejantes. No espera nada a cambio… Lo hace por amor. Pero anhela fervientemente que el mundo sea un lugar donde haya  armonía y las gentes sean libres…

Soy Junko, una mujer que con sus artes y su habilidad hace que el tiempo se pare…Es una geisha. Esta en este mundo para deleitar a los mortales. Su piel de seda, su cuerpo grácil, su voz cristalina y su gran determinación de complacer, es el bálsamo que cura los corazones. Solo desea ser una hoja de cerezo que eleva el alma hacia el cielo…Es la esencia del perfume, es la inmanencia de la  música, la identidad de los sentidos. 

Ella es la musa de la belleza por la belleza. Solo eso.
 

Todas ellas y otras más… Son las que forjan mi carácter, las necesito para ser quien soy.  Tú también tienes a tus musas y tus deidades. Ellas también te poseen y tú les das la vida a ellas…Ellas son el tejido de tu espíritu y si acudes a ellas cuando las necesites, no te defraudaran. 

2 comentarios:

  1. Me gustó mucho, será el momento de buscar la musa dentro de mí.

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