Cuando
naces, es la primavera de tu vida… En ella, aprendes a pedir; llorando, riendo
suspirando… Apréndes que no es suficiente y la madurez de tus células
cerebrales, te indican que tienes que dar un paso más y nace la capacidad de
hablar para comunicar tus necesidades, tus deseos…Mientras dura esta etapa,
eres el centro del universo en la vida de alguien. Puede ser tu madre, tú
padre, tu abuela o cualquier ser humano adulto que forme parte de tu vida… Tú,
consigues atenciones; los que te rodean, una sensación de importancia y un
deseo de amor, extrañamente correspondido…Esta etapa de la vida, es muy
breve…Dura según cada caso, entre doce y catorce años.
Después, llega el verano de la vida… Es una
etapa larga, muy larga, donde quieres ser independiente… donde llega el momento
de crecer emocionalmente; donde no hay límites… Empiezas por desprenderte del
vínculo que representan tus tutores… Para ello, nada de lo que te dicen tiene
valor alguno. Todo lo que predican, es por principios, algo negativo, sin valor
y estúpido… Te avergüenza, te deprime, te causa rechazo, solo porque proviene
de ellos…Tu fórmula para entender el mundo, está basada en tu tribu…En tus
iguales. Ellos son el centro del universo… Sus experiencias y las tuyas, son igualables,
confrontables y comparables. Son, la
realidad, el futuro, la fiabilidad, la sintonía…Tu cuerpo y sus reacciones
químicas, están en su apogeo… Nada de lo que pase en el mundo, es tan real,
como lo que pasa en tu particular mundo real… Así llegas a los treinta años…
Cuando
empieza el otoño de la vida…
Allí
ves con claridad, que ni los amigos lo son todo, ni los que te trajeron a este
mundo, son lo peor de lo peor…Aprendes que necesitas la compañía de alguien
cercano, para el viaje de la vida; y un
proyecto vital, donde anidan todos tus más recónditos deseos…Deseos de
estabilidad, deseos de crecimiento, deseos de expansión, deseos de perpetuidad…
Los que te rodean, aplauden tu deseo de sentar la cabeza y se vuelven cercanos;
ellos te ayudan a consolidar tus proyectos…. Desean que el círculo se cierre.
Por tu bien y por el suyo… Esta etapa, es más larga que la anterior. Dura entre
treinta y treinta y cinco años…
Llega
el invierno de la vida; Es la etapa donde todo lo vivido, es susceptible de ser
adornado… Lo más penoso se vuelve épico, lo más feliz se torna dulcemente
edulcorado, hasta transformarlo en lo
más dichoso de lo que es real… Pero es igual… Nadie te desmiente. Todos están
de acuerdo. Lo malo, con esfuerzo y sufrimiento, ya paso. Lo bueno, lo bueno,
es igual que no fuera tan bueno. El caso es, como lo recuerdes…Nadie que te
ame, osará decirte que aquello no fue
como tú lo recuerdas…Nadie….Buscas la mano que te tienden, las personas que te
quieren y son queridas por ti, para configurar un mundo especial, que te ata a
este mundo y te da la posibilidad de ensanchar el horizonte, para los que de tu
mano, vendrán tras de ti…
Esta
etapa da lugar a otra, en la que nada tiene ya sentido…
Es la
de tiempo de descuento. Donde solo te queda hacer lo que puedas, en lugar de lo
que debas. Si te aman lo comprenderán, si por el contrario, estas solo,
encomiéndate al altísimo y déjate llevar…
Moraleja:
Durante la primavera; salta, brinca, ríe, llora, patalea… En el verano; siente,
paladea, sueña…Cuando llegue el otoño; disfruta, no pienses, suéltate, no
sufras… En el invierno; Ya lo tienes todo… Solo regocíjate, no te quejes, sonríe,
deléitate de lo que sembraste y confía en que a los que amas, les enseñaste
bien… Lo harán bien y todo acabara bien.
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